Gareth Bale sigue estando en el punto de mira de todos los sectores del
madridismo y de la prensa española, esta persecución que le tienen al galés es
incomprensible, toque o no un balón, falle o marque un gol es pitado y
criticado por parte de la afición blanca.
Todos sabemos que no estamos viendo al mejor Bale pero no hace falta ser
tan despiadado con el galés, es uno de los primeros que llega a los
entrenamientos, se machaca al máximo junto con sus compañeros y siempre, repito
SIEMPRE está con una sonrisa y buenas palabras.
Tiene una mala racha goleadora –como
todo el Real Madrid- pero no hay que atizarle por ello, los goles llegarán
tarde o temprano, volverá a ser decisivo como lo fue en todas las finales que
disputamos.
Respeto a quienes le pitan pero no comparto su filosofía de ver el fútbol.
El fútbol es espectáculo, diversión, emoción y coraje, en otras palabras,
Gareth Bale es fútbol. Pitar a Bale es un insulto para el fútbol al igual que a
Cristiano. No es comprensible que cada domingo se oigan pitadas cuando es
sustituido o cuando falla un pase.
Yo veo el futbol de otra manera, a esos jugadores que les cuesta más
‘adaptarse’ al esquema o tipo de juego no hay que ni mucho menos insultar,
despreciarle o mandarle al banquillo, no. Hay que ayudarle como equipo que
somos todos, afición y jugadores, a seguir creciendo porque sabemos que Gareth
no tiene límites y no hay que cortarle las alas pues este jugador nos dará
muchísimas alegrías reflejadas no solo en goles y asistencias sino en títulos.
Jamás pitaría a un jugador de mi equipo ya que defiende los mismos
intereses que tú, que yo y que millones de Madridistas repartidos por todo el
mundo. La confianza se gana en los partidos y creo que Bale se la ganó desde el
primer partido que se puso la elástica blanca, no perdamos esa confianza que
teníamos deposita en él.
No caigamos en la trampa de la prensa, no caigamos en la campañita que han
creado desde que ha llegado al Madrid, no caigamos en el pito fácil. Los pitos
nunca son buenos –para nuestro equipo- ellos, los periodistas, no son
aficionados al fútbol, son arpías sedientas de sangre que solo tienen un fin,
vender.
¡HALA MADRID Y NADA MÁS!
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